miércoles, 9 de mayo de 2018

II - 3b Situación interna de Portugal antes descubrimientos

CAPÍTULO II

LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS GEOGRÁFICOS




II.3b.1 La historia de los descubrimientos portugueses comenzó bien tierra adentro, y no a bordo de naves marítimas. A principios del siglo XV tan solo Portugal en toda Europa había comenzado unos cambios sociales que pusieron el afán de ganar dinero por delante de mantener el estatus quo social. En esta aventura descubridora lo importante no era pertenecer o no a la nobleza, sino la ambición, aún a riesgo de perder la vida.
II.3b.2 Pedro I (rey entre 1357 y el año de su muerte 1367) fue sucedido en el trono de Portugal por su único hijo varón legítimo, que reinó con el nombre de Fernando I entre 1367 y el año de su muerte en el año 1383. Lejos de ser un incompetente como se la dibuja con frecuencia, Fernando fue impulsivo, desenfrenado y propenso a cometer serios errores de juicio político. Su última flaqueza resultó más que evidente en sus políticas con respecto a Castilla, que produjo un desastre tras otro (Guerras Fernadinas), dando como resultado una recesión económica durante el trascurso de su problemático reinado. Las relaciones luso castellanas alcanzaron su primera crisis bajo Fernando en 1369 cuando el rey de Castilla Pedro I el Cruel (no confundir con Pedro I de Portugal) fue derrotado y muerto en combate por su medio hermano bastardo, Enrique de Trastámara, que reinó Castilla como Enrique II. Después de su victoria, Enrique se declaró rey de Castilla pese a ser ilegítimo. Por supuesto, enseguida surgieron otros candidatos. Pero Fernando I de Portugal fue el pariente varón legítimo más cercano al fallecido rey castellano, así que reclamó el trono de Castilla. Además de su derecho legítimo, Fernando tenía apoyos en el otro lado de la frontera. Viendo la oportunidad de reunir en su persona y para sus descendientes ambas coronas de Castilla y Portugal, Fernando fue declarado en ese mismo año de 1369 rey de Galicia por la nobleza gallega y él mismo se declaró el verdadero rey de Castilla poco tiempo después. Entonces cruzó la frontera y ocupó Galicia. Pero Enrique, animado por el apoyo francés, montó rápidamente una contra invasión de Portugal, forzando a los portugueses a una retirada precipitada. Después de la derrota buscó la paz urgentemente y firmó el Tratado de Alcoutim. Mediante este renunció a sus derechos al trono castellano a cambio de unas pocas concesiones fronterizas y se mostró de acuerdo en desposarse con Leonor, la hija de Enrique.
II.3b.3 Después de la derrota, no pasó mucho tiempo antes que los problemas de Fernando aparecieran de nuevo. Fernando se casó con la sobrina de uno de sus principales consejeros y uno de los hombres más ricos del país, Martín Alfonso Telléz de Meneses, de nombre Leonor. Esta Leonor portuguesa ya estaba casada pero el rey consiguió la anulación del matrimonio y se casó con ella. Obviamente, la boda anuló el anterior compromiso nupcial con Leonor de Castilla. Y en esa misma época apareció en el escenario ibérico Juan de Gante, (al que llamaremos de ahora en adelante John) duque de Lancaster, cuarto hijo varón pero tercero superviviente del rey de Inglaterra Eduardo III. Por otro lado, la guerra anglofrancesa de los Cien Años (1327 – 1453) validó una vez más el aforismo de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Coincidieron en el tiempo dos conflictos europeos, uno entre Inglaterra y Francia, y el otro entre Castilla y Portugal, aunque este último duró menos que el primero. Francia se acercó a Castilla, y John de Gante, duque de Lancaster, hizo lo propio con Portugal. No está claro si el duque de Lancaster y su segunda esposa Constanza de Castilla fueron realmente reyes de esta última corona o no. Si los derechos a esta corona pueden ser discutidos, lo que está claro es que Eduardo III de Inglaterra proclamó a su hijo John y a su esposa como reyes de Castilla el 30 de enero de 1372. Pero tampoco él era quién para decidir quién es rey o no. Como iremos viendo, esta potestad estaba reservada al Papa de Roma.
II.3b.4 El duque de Gante fue uno de los hombres más ricos de la Europa de su tiempo. Poseía al menos 30 castillos y sus tierras adyacentes, todos latifundios, en Inglaterra y varios más en Francia, y además mantenía una servidumbre digna de un rey. Poseía tierras en casi todos los condados de Inglaterra, un patrimonio que le producía unos ingresos de entre 8.000 y 10.000 libras esterlinas al año. Además sus herederos varones fundaron la Casa de Lancaster, que incluyó a tres reyes, Enrique IV, Enrique V y Enrique VI. Dos de sus hijas de su primera esposa, Blanca, fueron una reina de Portugal (Felipa) y otra Duquesa de Exeter (Isabel), y de su segunda esposa Constanza de Castilla, nació la futura reina de Castilla (Catalina). Fue una persona importante en su tiempo, pero para él no era suficiente. Hijo de un rey y tío de otro, también quería ser rey.
II.3b.5 El plan de guerra de Gante (el segundo) fue invadir Castilla desde Gascuña, uno de sus territorios franceses, mientras Fernando invadía Castilla desde Portugal. Pero el duque de Gante se retrasó y Enrique contraatacó cruzando la frontera y capturando una serie de ciudades lusas, llegando a asediar Lisboa a principios de 1373. Mal preparado, Fernando se vio obligado a renunciar a sus pretensiones y firmar el tratado de Santarém. Todos los nobles castellanos autoexiliados en Portugal fueron expulsados del país por imposición del tratado. Naturalmente, perdieron sus propiedades en Castilla y sus títulos nobiliarios.
II.3b.6 Las dos guerras con Castilla fueron muy destructivas para Portugal. Las fuerzas de Enrique II de Castilla destrozaron en la primera guerra (1369 – 1371) la mayor parte de Trás-os-Montes y la región de Miño, ambas en el norte. En la segunda guerra (1372 – 73) fue el turno de Lisboa, Coimbra y otras muchas ciudades en el norte y centro del país. Las nuevas monedas acuñadas fueron debastadas, los precios crecieron, las plagas volvieron a principios de la década de 1370 y reapareció la hambruna. Mucha gente con domicilio fijo se convirtió en vagabunda y aumentó el crimen y se produjeron disturbios en algunas ciudades. Los pequeños propietarios, comerciantes, artesanos y trabajadores urbanos formaron asociaciones para la defensa de sus intereses. En los años 1371 y 1372 las protestas se hicieron notar en las Cortes.
II.3b.7 Fernando I de Portugal se vio obligado a tomar algunas medidas para responder a estos hechos que eran producto de su propia política exterior. Las medidas pretendían reforzar la autoridad real y devolver la energía que la economía perdió. El rey impuso un impuesto nuevo cuyos ingresos fueron destinados a mejorar castillos y fortificaciones y, lo más importante, a construir una nueva muralla que sirvió para albergar los nuevos suburbios que habían aparecido en Lisboa, una ciudad en crecimiento. También expropió tierras y las concedió a pequeños agricultores con la obligación de permanecer en la tierra los abuelos, los hijos y los nietos. A cada familia se le entregó una pareja de bueyes pero tenían que trabajar cobrando un salario fijo. Esta última medida puede parecer de naturaleza progresista pero su único propósito era acallar el descontento popular para mantenerse en el poder.
II.3b.8 A finales de la década 1370 estalló una nueva crisis en las relaciones exteriores. Los ingleses carecían de las naves apropiadas para combatir a las galeras castellanas que, en compañía de los franceses, asolaban las costas anglosajonas. Portugal también tenía galeras y los ingleses ofrecieron a Fernando una alianza para asegurarse sus servicios. Pero también en aquellos tiempos se produjo el cisma de 1378 – 1417, lo que obligó a los gobernantes de todos los reinos europeos a elegir entre un papa o el otro. Portugal reconoció al papa romano Urbano VI, lo mismo que Inglaterra, mientras que Castilla y Francia apoyaron a Clemente VII, el Papa de Aviñón, lo que llevó a una agudización de los dos bloques, el angloportugués y el francocastellano. Enrique II de Castilla murió en 1380, dejando su reino al mando de su joven e inexperto hijo Juan I. Gante vio entonces una oportunidad para apostar de nuevo (por tercera vez) por sus aspiraciones al reino de castellano mientras que Fernando vio llegado el momento de recuperar sus pérdidas territoriales. Los dos llegaron a un nuevo acuerdo según el cual Gante conduciría un ejército desde sus posesiones en Gascuña y además, enviaría un pequeño ejército por barco a Lisboa bajo el mando de su hermano Edmundo, conde de Cambridge, para coordinar las operaciones con Fernando. Como vemos, esta estrategia militar fue, en parte, una fusión de las distintas estrategias de las dos guerras anteriores.
II.3b.9 Las tropas inglesas enviadas a Portugal sirvieron de escasa ayuda porque carecían de la disciplina y del transporte adecuados. Juan invadió Portugal tomando algunas ciudades fronterizas pero ninguno de los dos bandos tenía la capacidad económica suficiente como para mantener una guerra prolongada de desgaste después de dos enfrentamientos anteriores. De repente, en agosto de 1382 los dos reyes firmaron la paz en el Tratado de Badajoz. Los términos del acuerdo favorecieron claramente a Portugal. Fernando reconoció formalmente a Juan como rey de Castilla, terminando así formalmente los pretendidos derechos del duque de Lancaster. Por su parte, Juan de Castilla se retiró de los territorios portugueses conquistados, liberó sus prisioneros y devolvió las galeras de combate y trasporte inglesas capturadas. La guerra terminó con los esponsales de Beatriz, el único descendiente vivo de los reyes de Portugal Fernando y Leonor Tellez de Meneses con Enrique III de Castilla, hijo y primogénito de Juan I y su esposa Leonor de Aragón el 21 de mayo de 1380, pero la boda nunca se celebró pues, tras la muerte de esta el 13 de agosto de 1382, fue el entonces rey viudo quién se casó con Beatriz de Portugal el 17 de mayo de 1383 en la catedral de Badajoz en lugar de su hijo. Beatriz tenía tan solo diez años de edad. Su padre Fernando murió poco después el 22 de octubre de 1383. Desde entonces fue reina consorte de Castilla y reina gobernante de Portugal, pero su madre asumió la regencia efectiva del país por su corta edad. Teniendo en cuenta que el esposo nació en 1358, con una simple sustracción llegamos a la conclusión de que tenía 25 años y era rey desde 1379, cuatro años antes. Juan se había casado con Leonor de Aragón en el convento de San Francisco de Soria en el año 1375, y murió el 13 de agosto de 1382. El matrimonio tuvo dos hijos que fueron reyes ambos: Enrique III de Castilla, que nació en 1379 y, Fernando I de Aragón, que nació en 1380. Es importante examinar con algo de detenimiento las fechas para no confundirse.
II.3b.10 Los castellanos tenían prisa por firmar la paz con Portugal. Su principal preocupación fue asegurarse el trono del país luso después de que llegaran noticias desde Portugal. La información que llegó a Castilla es que Fernando I de Portugal estaba muy enfermo y, probablemente, a un paso de la tumba. Y, por otra parte, como ya hemos dicho, Beatriz era la única heredera al trono de Portugal. En esa situación los castellanos debían darse prisa antes de que otros gobernantes europeos, sobre todo Inglaterra, se les adelantase. Este hecho obró el milagro del cambio tan brusco de opinión de los dirigentes castellanos y explicó las prisas por firmar la paz. Esto también explica la causa de que Castilla aceptara firmar un tratado de paz que tanto favorecía a los portugueses. Juan movió sus piezas con tanta rapidez que aún le sobraron unos meses entre su boda con la heredera portuguesa y la muerte de su padre, probablemente de tuberculosis.
II.3b.11 Y después de tantas palabras (y me quedaron bastantes más en el tintero, las suficientes como para duplicar la extensión de los últimos párrafos), viene el auténtico meollo de la cuestión: la crisis de sucesión al trono de Portugal, que es lo que realmente nos interesa. Todo lo anterior ha sido un poco de palabrería bastante prescindible.
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lunes, 9 de abril de 2018

II - 3 Primeras navegaciones atlánticas

CAPÍTULO II

LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS GEOGRÁFICOS




II.3.1 Supongamos que estamos en el año 1000 de nuestra era. Examinemos la situación mundial de la época. Centrémonos en tres culturas o grupos de culturas: la musulmana (aquí incluimos la arábiga, la persa y la turca), la china y la europea. Imaginemos que dos o más personas, que conocen la situación mundial (cosa totalmente improbable), tienen que apostar sobre cual de las tres dominará en el mundo en el año 1900. Nadie con dos dedos de frente hubiera apostado por la cultura europea. Europa estaba dividida en innumerables países. En el otro extremo, China era un solo país que abarcaba un territorio tan grande como Europa (en la actualidad supera en más del doble a la Unión Europea, casi 9,6 millones de km2 contra 4,3). Los chinos de la época poseían, sin duda, la civilización más avanzada de aquel entonces. En medio, los musulmanes, aunque algo o bastante divididos, desde el siglo VII habían conquistado numerosos países y culturas, desde Europa occidental (España y Portugal) a la India. Su poder se extendía por tres continentes: África, Asia y Europa. Sin embargo, los europeos eran unos brutos y zafios sin cultura ni educación, estaban divididos en muchos condados, marquesados, ducados, reinos menores que muchas provincias españolas de la actualidad, carecían de higiene y de una alimentación sana y, además, tenían un doble sistema de poder muy confuso entre la autoridad secular y la eclesiástica. Por el contrario, en 1900 la cultura europea (y también los europeos pero menos) se extendía por gran parte del mundo. EE UU y Canadá tenían y tienen una cultura fundamentalmente europea. Los esclavos negros de Estados Unidos perdieron su cultura (salvo alguna manifestación como el jazz) y tienen una cultura, el país tuvo una pequeña inmigración de cultura asiática, principalmente china aunque algo de japonesa, y los inmigrantes mexicanos hablan una lengua europea, el español, aunque conservan bastante de su cultura indígena. De los 10 idiomas más hablados en el mundo, 4 son europeos: español, inglés, portugués y ruso. Y si en vez de lenguas habladas en Europa consideramos los idiomas indoeuropeos, debemos añadir el panyabí, una lengua indoeuropea de la rama de indoirania, subrama indoaria y que se habla en el subcontinente indio en la región del Punyab, entre India y Pakistán. La pólvora y la imprenta la inventaron los chinos, pero fueron los europeos quienes la extendieron por el mundo. En 1845, tanto rusos como estadounidenses se llevaron a sus países los científicos alemanes que encontraron en el país derrotado. Los rusos conquistaron buena parte de Asia hasta llegar al Pacífico. La extinta Unión Soviética era un conglomerado de países, algunos totalmente asiáticos como Georgia, Azerbaiyán, Armenia, Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán.
II.3.2 Los romanos decía "este mar es nuestro" y lo llamaron Mare Nostrum, Nuestro Mar. La etimología del nombre de este mar está muy clara: proviene del latín, Mar Medi Terraneum, que significa "el mar en medio de las tierras". No es extraño que la civilización europea, la norteafricana y la del cercano oriente surgiera en este mar, pues es un mar muy cerrado, casi un lago de aguas saladas podríamos decir. Exagerando tan solo un poco, podríamos decir que la civilización europea nació en este mar. El creciente fértil, escenario de la Revolución Neolítica, está bañado tanto las costas mediterráneas de Egipto y Palestina como el Golfo Pérsico. A principio tuvo más energía e ímpetu el sur de la zona (Mesopotamia, que comprendía Asiria, Babilonia (también llamada Caldea), dividida en Acadia y Sumeria. Si bien al principio tuvo más fuerza la Mesopotamia bíblica, poco a poco fue cobrando más fuerza la zona mediterránea del creciente fértil: la brújula de la historia se desplazó hacia el noroeste, el Egipto faraónico, Israel (o Palestina) y Fenicia y, más tarde, hacia el sur de la Península de los Balcanes: Grecia y sus islas más cercanas como Creta. De ahí el centro de la historia se desplazó al centro del mar Mediterráneo, loa península itálica: la civilización romana. Conservando el centro de este mar, a punto estuvo de desplazarse al sur, a la orilla africana: Cartago. Nadie sabe muy bien que hubiera pasado si los cartagineses hubieran aplastado a los romanos. Pero la península de Italia siguió siendo, después de un milenio de pausa tras la caída del Imperio Romano, el eje por un corto plazo de tiempo de la política, la cultura y la economía. Hablamos del Renacimiento italiano. Pero esta situación no iba a durar mucho: fue un genovés (en realidad nacido en alguna aldea muy cerca de Génova) quién se empeñó en demostrar que el planeta en el que vivimos es redondo. Acertó pero se equivocó en el tamaño: en realidad el planeta es mucho más grande de lo que él imaginaba. Entre Europa y Asia había un continente intermedio, América. Pero la historia no empezó con el descubrimiento del Nuevo Mundo, sino más de medio siglo antes, y en un país que no tiene nada de mediterráneo: Portugal. Mientras España mira a su ombligo, su centro, Portugal mira al océano Atlańtico. De hecho, su capital, Lisboa, está en el oeste del país.
II.3.3 Así pues, la historia de Europa se fue desplazando del Mediterráneo oriental (Grecia) a el Mediterráneo central y, por último, al extremo occidental del Mare Nostrum. Los griegos tenían miedo de cruzar el estrecho de Gibraltar, las Columnas de Hércules tal como ellos las llamaban, que daba acceso al Océano Tenebroso En realidad los romanos también. Pero la exploración del Atlántico no empieza en serio hasta el siglo XV. Siempre hubo algún loco que cruzó la barrera psicológica, como Piteas de Marsella (en inglés, Phytheas). También los conquistadores de las Islas Canarias.
II.3.4 Los descubrimientos portugueses (en portugués Descobrimentos porugueses; en inglés, Portuguese Discoveries) fueron realizados entre 1415 y 1543, aunque después continúa con la conquista y colonización (Imperio Portugués) de parte de las tierras descubiertas y que comienza con la conquista de Ceuta en África en el primero de los dos años citados. De alguna manera fueron una continuación fuera de Portugal de la Reconquista en tierras portuguesas. Los descubrimientos dieron como resultado la expansión portuguesa y dieron una contribución fundamental para delinear el mapa del mundo, y fueron impulsados por el mismo espíritu de la Reconquista portuguesa pero también como búsqueda de alternativas a las rutas comerciales en el Mediterráneo. Con estos hallazgos se abrió la época de los descubrimientos europeos que duró desde el siglo XV hasta el siglo XX y fueron responsables de numerosos avances en la tecnología y la ciencia náutica, la cartografía y la astronomía y, por último aunque no menos importante, el diseño y fabricación de barcos capaces de navegar en mar abierto en el océano Atlántico. Sin embargo, se debe señalar que la construcción naval china producía en el siglo XV buques de 120 metros de longitud, como los de la flota del almirante Zheng He y de sus 7 expediciones en el Océano Indico en el intervalo de 1402 a 1435. Pero los descubrimientos portugueses tienen una importancia crucial en la historia de la humanidad que no tienen otros como los chinos. Durante los siglos XV y XVI los navegantes portugueses estaban en la vanguardia de la exploración marítima mundial. Los españoles se sumaron a esta vanguardia aproximadamente medio siglo más tarde y dieron lugar al descubrimiento del continente americano. Aunque la historia comienza durante el reinado de Dionisio I y las expediciones a las Islas Canarias en tiempos de Don Alfonso IV.
II.3.5 Una vez concluida la Reconquista, El rey Dionisio de Portugal (Dinis I de Portugal) (1261 - 1325) se interesó por el comercio exterior organizando las exportaciones a países europeos y las Islas Canarias fueron objetivo de sus campañas militares, junto a las de genoveses, mallorquines y castellanos. Cualquier alabanza a este rey se queda corta: estableció el portugués como la lengua oficial del estado (fue el primer país de Europa en usar una lengua romance en documentos oficiales, dejando el latín para la Iglesia), definió las fronteras del país con España en el Tratado de Alcañiz, creo la primera universidad en el país en Coimbra el 1 de marzo de 1290 (es una de las más antiguas del mundo que todavía está en operación), fomentó el crecimiento económico mediante la fundación de ferias, ordenó la exploración del territorio nacional en busca de minas de oro, plata, estaño y hierro y organizó la exportación de sobrantes a otros países europeos y, en 1308 firmó el primer acuerdo comercial del país con Inglaterra. También pomulgó el núcleo de la legislación civil y criminal portuguesa, protegiendo a las clases bajas de los abusos y la extorsión. Viajó por todo el país, arreglando las situaciones injustas y resolviendo los problemas. Ordenó la construcción de numerosos castillos, creó nuevas ciudades y garantizó los privilegios de numerosas villas. Junto a su esposa, la princesa Isabel de Aragón, Dionisio trabajó para mejorar la vida de los más desfavorecidos y fundó diversas instituciones sociales. Su principal preocupación fue el desarrollo y promoción de las infraestructuras rurales, de ahí su apodo de El Labrador. Redistribuyó las tierras, promocionó la agricultura, organizó comités de agricultores y tuvo especial interés en el desarrollo de las exportaciones. Instituyó mercados fijos en numerosas ciudades y reguló sus actividades. Uno de sus logros principales fue la protección de las tierras agrícolas del avance de las arenas costeras,ordenando la plantación de bosques de pinos en la zona cercana a Leiria. Este bosque aún existe y está considerado como uno de los más importantes de Portugal. Se le conoce con el nombre de Pinhal de Leiria. La cultura fue otro de los intereses del rey Dionisio. Escribió diversos libros con temas que iban desde la administración a la caza, la ciencia o la poesía. Fue uno de los mayores y más fecundos trovadores de su tiempo. Mandó traducir importantes obras, teniendo su corte uno de los mayores centros literarios de la Península ibérica. Pero lo que más nos importa ahora es que en 1312 fundó la marina portuguesa y nombró al primer almirante de Portugal al genovés Manuel Pessanha, así como mandó construir las primeras naves.
II.3.6 La contribución más importante de su hijo, el Rey Alfonso IV (reinado 1325 - 1357), al tema que nos interesa fue el desarrollo de la Marihna Portuguesa y el subsidio y financiación de la marina mercante. La Armada Portuguesa es la más antigua del mundo que existe hoy. Se tiene conocimiento que existe desde 1180 durante el reinado del primer rey de Portugal pero no fue desde 1312 durante el mandato del Rey don Dionisio que adquirió una organización permanente. A fines del siglo XIV la marina portuguesa comienza su expansión ultramarina, que se mantendrá hasta el siglo XVI. La Armada toma la delantera, primero explorando los océanos y luego luchando contra los poderes que se opusieron al dominio portugués, desde el Atlańtico hasta el Pacífico. Durante el reinado de Alfonso IV se descubrieron, o mejor dicho, se redescubrieron, las Islas Canarias en el año 1336. Sin embargo las Islas Afortunadas fueron adjudicadas a Castilla por el Papa Clemente VI a pesar de las protestas diplomáticas del país luso. Bien podrían los castellanos haber usado las islas como plataforma de lanzamiento de la exploración de las costas de África occidental, pero no lo hicieron. Tan solo fue a partir del descubrimiento (mejor dicho, redescubrimiento) de América que los castellanos usaron las islas como puerto de abastecimiento de agua y provisiones pero en su camino al nuevo continente, pero también para navegar a favor de los vientos alisios predominantes del noreste. Y aunque wikipedia en portugués insinúa que fueron los portugueses los que descubrieron las islas, en realidad fue un genovés, Lancelotto Maloncelo, que dio nombre a la isla de Lanzarote.
II.3.7 Del libro de A. R. Disney, A History of Portugal and the Portuguese Empire, vol I, obtengo la información de que el interés de los portugueses por la navegación marítima empezó por la necesidad de pescar, no por el comercio marítimo o por el afán de aventura. La industria de la pesca, famosa durante el período romano, declinó durante la Edad Media por culpa de las invasiones germánicas y árabes. Pero nada más finalizar la Reconquista, los portugueses reanudaron las actividades pesqueras. Las costas de Portugal eran ricas en atún, merluza, tiburón y sardina, así como la captura de ballenas. Este renacimiento pesquero produjo migraciones bastante notables de las comarcas del interior a las de la costa. También fue importante la producción del sal en las salinas costeras, lo que también contribuyó a la migración de gente a las costas, en este caso, especialmente a las de sur, donde la actividad salinera era más importante, por el clima seco y la mayor concentración de sal. Esta actividad produjo la industria paralela de preservación de los alimentos. Además el país luso se convirtió pronto en un exportador de sal a climas más fríos.
II.3.8 El lector habrá sospechado, tras lo hasta aquí expuesto, que tras finalizada la conquista el país luso experimentó un crecimiento económico. Y es cierto. Una de las características más notable de este crecimiento fue una notable expansión urbana. Lisboa, que fue capturada a los árabes en el año 1147, tenía en el año 1300 cuatro veces más superficie que antes (sesenta hectáreas). Ya desde entonces se convirtió en la principal ciudad del país. Al mismo tiempo aparecieron nuevas ciudades. En el norte, el 27 de noviembre de 1197 se fundó la ciudad de Guarda como bastión defensivo contra, primero, el Reino de León; segundo, Castilla y, por último, contra España. De ahí su nombre. También se convirtió en un centro administrativo, comercial y religioso (en 1202 se hizo la transferencia de la diócesis de Idanha a la Guarda). La ciudad de Guimaraes se expande afueras de las murallas de la ciudad y se construyen palacios, iglesias y avenidas. Otras dos ciudades del norte de Portugal también se expandieron significativamente: Braga y Ponte da Lima. En el centro de Portugal, Coimbra aumento su área a más del doble de su tamaño desde su conquista a los moros. También Óbidos, Torres Vedras y Abrantes fueron desarro0lladas por la corona, pero Tomar y Castelo Branco por los templarios. En el Alentejo y el Algarve ciudades de origen musulmán como Évora y Faro prosperaron bajo el dominio cristiano.
II.3.9 Bien es sabido que en todo el planeta, el crecimiento de las ciudades va siempre y sin excepciones, muy ligado al proceso de urbanización. Portugal no fue la excepción. Como dice el economista Paul Krugman en uno de sus libros, Economía, si las ciudades modernas el comercio con el exterior se paralizase durante unos pocos días, vendría el caos. Las ciudades son totalmente dependientes del exterior. En las ciudades no hay agricultura, ganadería o industria. En los siglos XII, XIII y XIV no era la situación así, pero también las ciudades dependían del comercio con el exterior. Aunque las puertas de las murallas de las ciudades se abrían al amanecer y se cerraban al anochecer, el tránsito de personas y ciudades era incesante durante todo el día. Conforme la reconquista portuguesa y española avanzaban hacia el sur, el comercio entre los dos países crecía. Pero el comercio exterior portugués no se circunscribía tan solo al intrapeninsular, sino también al marítimo. Portugal exportaba pieles, vino, fruta, sal, maderas y corcho, pero importaba cereales. Con el crecimiento demográfico empezó el déficit de Portugal de granos, lo que implicó que el faltante se debía pagar con oro y plata. Y como ya hemos visto, aunque Portugal intentó desarrollar la minería, el intento no tuvo éxito. Después de los cereales, los únicos productos que Portugal importaba eran artículos de lujo para su élite económica.

II - 3 Aclaración preliminar

La educación que hemos recibido en Europa es claramente eurocentrista. Aún es muy frecuente leer en libros de historia expresiones como esta:

La arqueología tiene pruebas de que fueron Eríkson y compatriotras islandeses quienes primero llegaron a las costas norteamericanas en el siglo X.

Esta frase está copiada del libro Breve historia de los conquistadores, de José María Gónzalez Ochoa. Entiendo que décadas de adoctrinación franquista un profesor le salga escribir esto del alma, que tenga un pronto, una especie de reflejo condicionado o algo parecido. Pero supongo que el escritor habrá corregido lo que escribió primero, meditado y pensado. O que tendrá alguien que le corrija lo que escribió. Está demostrado que los primigenios habitantes del continente americano eran (y son) seres humanos, no monos u homínidos. Así que la polémica sobre si fueron los islandeses o los españoles los descubridores de América es tan falsa planteada en esos términos como preguntarse el sexo de los ángeles o si fue primero el huevo o la gallina.
Además, los españoles insisten en que los islandeses no se dieron cuenta de que esas nuevas tierras eran un continente aparte. Bueno, acepto pulpo como animal de compañía y declaro que Colón tampoco. Es indudable que Colón pensó que había llegado a la India, o a las Indias.
En segundo lugar, los historiadores españoles tienen por costumbre disminuir el valor de los descubrimientos portugueses. Como muestra bien vale un botón. Wikipedia en español, presuntamente escrita por españoles, da en su prólogo una valoración muy neutral, quizá demasiado, de los descubrimientos portugueses, mientras que wikipedia en inglés dice: "Portuguese sailors were at the vanguard of European overseas exploration, discovering and mapping the coasts of Africa, Canada, Asia and Brazil, in what became known as the Age of Discovery." Y es completamente cierto. El nacionalismo, estupidez humana que lleva a falsear la verdad o al menos a ignorarla, lleva a los historiadores españoles a magnificar los descubrimientos españoles y minimizar los portugueses. La verdad es que, como wikipedia en inglés dice, los portugueses fueron los pioneros en la navegación oceánica, no solo en el Atlántico, sino también en el Índico.
En fin, menos lobos Caperucita. Y hasta aquí el tono irónico.

domingo, 8 de abril de 2018

II - 2 - El poder de la palabra impresa

CAPÍTULO II

LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS TÉCNICOS



II.2.1 La aparición de la imprenta a Europa durante el siglo XV marca, en algunos aspectos, el fin del período medieval. La invención de la imprenta de bloques de madera y papel había ocurrido en China en el siglo VIII. Ambos alcanzaron Europa de los árabes vía España en el siglo XIII. Antes de la llegada de esta tecnología, los monjes y los escribas copiaban libros durante siglos a mano. Una sola copia de la Biblia requería unas 170 pieles de ternera o 300 de oveja. Por supuesto, los animales no se criaban por su piel para la escritura, pues en realidad la piel no era más que un subproducto, pero aún así, se vendía a un precio por mínimo que fuera. Debido a que era mucho más barato que el pergamino, el papel se acomodaba mucho más a los usos académicos, de los funcionarios estatales o de los mercaderes. Y además, el proceso de copiado mismo era muy lento. Cosimo de Medici, un banquero florentino y patrón del arte renacentista, contrató a 200 escribas para copiar 200 volúmenes en dos años, o sea, un volumen por escriba en dos años. Pero algunos libros tardaban hasta diez años. 
II.2.2 Como hemos visto en el ejemplo anterior, los monjes escribían los libros por encargo de nobles, burgueses ricos y reyes. Pero los monjes que copiaban los libros, en su mayoría, no sabían leer ni interpretar lo que escribían. En realidad, más que escribir, dibujaban los caracteres, al estilo de la caligrafía japonesa o china. Algunos orientales tienen como afición dibujar los caracteres tradicionales de su país a gran tamaño, por ejemplo, media docena de caracteres en una hoja normal. Los monjes hacían algo similar pero en un tamaño más reducido, imitando los signos que no entendían. Se cree que de este modo copiaban libros prohibidos, como por ejemplo los de medicina interna. Lo único que aportaban suyo, de su propia cosecha, eran las mayúsculas y las pequeñas ilustraciones.
II.2.3 Los intentos de obtención de un método de escritura más rápido y barato que el manual databan de varios siglos atrás, en concreto de los últimos siglos de la Edad Media. Se trata de la xilografía. Se utilizaba para trabajos de impresión de pocas hojas, ya que las planchas de madera se desgastaban con mucha facilidad. Por ello se usaban maderas muy duras, como el boj, el cerezo y el peral.
II.2.4 Todo este panorama cambió en el siglo XV cuando varios artesanos flamencos inventaron un tipo de tinta. Esta era indeleble y estaba fabricada con aceite, hollín de las lámparas mezclado con barniz y clara de huevo. Si añadimos a esto la innovación de los tipos móviles realizada por Johannes Gutenberg en 1450 en la ciudad catedral de Maguncia (nacido alrededor de 1395 – 1468), la eclosión de la nueva imprenta era de esperar. Gutenberg, en vez de hacer una sola plancha de madera para cada hoja, hacía planchas de madera para cada carácter (letra, número, signo de puntuación, etc). Para evitar el desgaste de la madera, protegió su superficie con hierro. Después sujetó cada molde a un ingenioso soporte. Sus extraordinarias y hermosas Biblias escritas en latín son, hoy en día, un tesoro. Pronto aparecieron imprentas en los estados italianos, Bohemia, Francia, los Países Bajos e Inglaterra hacia la década 1470 – 80. Hacia 1500, se publicaban en Europa unos 35.000 libros al año, y un siglo más tarde el número había alcanzado una cifra entre 150.000 y 200.000.
II.2.5 Los libros proporcionaron a los expertos las mismas fuentes para discutir. Los relatos de los descubrimientos y las aventuras en el Nuevo Mundo se difundieron por Europa. Se multiplicaron las bibliotecas y los libros comenzaron a convertirse en objeto de comercio y de compra-venta. Aparecieron nuevas profesiones: libreros, bibliotecarios y archiveros, tipógrafos, editores e impresores. Más aún, con la aparición de la imprenta aparecieron universidades como hongos después de la lluvia: de 20 en 1300 a unas setenta en 1500. La aparición de la imprenta contribuyó, además, al lento proceso de abandono del campo y urbanización de la cultura. Los monasterios abandonaron su lento y minucioso procedimiento de escritura manual y las imprentas, siempre localizadas en ciudades, contribuyeron al proceso de crecimiento de las ciudades. Con respecto a este tema considero importante que el lector los ilustre con dos gráficos de la página web de wikipedia, Imprenta. El primero es un mapa de Europa occidental con la importancia de las imprentas en cada ciudad. El segundo es un gráfico de barras que refleja la producción de libros entre 1450 y 1800.
II.2.6 Con la difusión de la imprenta de tipos móviles, aumentó el número de gente letrada, aunque continuaron siendo una minoría. Entre la población en su conjunto y según las regiones, entre el 1 y el 4% de la población sabía leer y escribir, pero casi todos eran de clase alta. Apareció una nueva afición, la lectura, y con ella un nuevo tipo de literatura, la novela moderna.
II.2.7 Con la expansión de la literatura en prosa apareció la censura. El Papa Alejandro VI advirtió en una bula papal de 1501: “El arte de la impresión es muy útil en cuanto promueve la circulación de libros útiles y probados; pero puede ser muy perjudicial si se le permite ampliar la influencia de las obras perniciosas. Por lo tanto será necesario mantener un control pleno sobre lo impresores”.
II.2.8 Hasta la aparición de internet ningún invento tuvo la repercusión de la imprenta en la difusión de la cultura y la ciencia. Pero la difusión de los textos escritos también tuvo efectos sobre la política y la economía. En política, cualquiera con un poco de dinero podía encargar la impresión de algún libelo contra un adversario político y distribuirlos gratis por las calles. En la ciencia económica, por una parte la imprenta pudo difundir las ideas económicas. La primera escuela del pensamiento económico que utilizó la imprenta para difundir sus ideas fue la mercantilista, que no imprimían libros sino folletos y breves opúsculos. A partir de ahí todas las demás escuelas del pensamiento económico. Y en la economía real, la imprenta ayudó en la creación de puestos de trabajo y riqueza, desde los leñadores que cortaban los árboles que se transformaban en papel hasta los mismos libreros que vendían los libros.

domingo, 25 de febrero de 2018

II - 1.- Los nuevos inventos

CAPÍTULO II

LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS TÉCNICOS



II.1.1 Las armas de guerra se volvieron más penetrantes al principio de la Edad Moderna por las luchas dinásticas entre gobernantes que buscaban consolidar o aumentar sus territorios. Aunque los reyes todavía dependían de los nobles para formar ejércitos y mandarlos al campo de batalla, al final del período medieval el campo de batalla sufrió enormes transformaciones. Inventada en China, la pólvora (gun powder en inglés) fue traída a Europa en el siglo XIII por los árabes. La pólvora cambió la guerra desde “principalmente un cuestión de violencia” entre señores y vasallos a luchas, a veces masivas, entre rivales dinásticos. Usada en una batalla por primera vez en Europa a principios del siglo XIV, la pólvora podía propeler flechas y, cada vez más, balas de plomo. La pólvora se convirtió en propelente explosivo de rifles y mosquetes, que podían ser estandarizados en el calibre, para los que los relojeros producían cerraduras de resorte que funcionaban como mecanismos de disparo o percutor.
II.1.2 Reemplazando gradualmente la lanza, la espada, la ballesta y el arco en la batalla, el rifle erosionó el papel del noble como un guerrero privilegiado desde el momento de que los caballeros metidos en sus pesadas armaduras podían ser ahora desalojados de su caballo por un hombre armado a pie y, una vez allí, capturados o muertos. Y un rifle, aunque algo caro de comprar, una vez desembolsado su importe y adquirido, era muy barato de mantener. El rifle redujo el papel de la caballería en la batalla. Los caballeros ahora portaban piezas de armadura ligera y, a pesar de que debían llevar una lanza ligera, también portaban armas de fuego cortas. Sin embargo, los lanceros a caballo continuaron siendo esenciales en cualquier ejército: sus lanzas de unos cuatro metros de longitud estaban hechas de un gran palo recto de madera dura con una punta revestida de acero agudizado. Un furioso ataque de lanceros a caballo podía desorganizar las filas de infantería armada con rifles, ya que estos debían cargar de nuevo sus armas de fuego una vez disparadas. La alabarda eran un arma un poco más compleja: era una lanza con una moharra con una cuchilla transversal, aguda por un lado y en forma de media luna por el otro.
II.1.3 Otra innovación bélica también derivada de la pólvora fue la artillería, cuyos proyectiles podían herir o matar a muchos combatientes a la vez. En la Batalla de Novara (1513) en el norte de Italia, donde los soldados suizos derrotaron a un ejército francés, la artillería mató a 700 hombres en tres minutos. Los bombardeos mortales tenían un devastador efecto sobre la moral de los soldados enemigos. Las batallas navales ganaron en fiereza a medida que los cañones reemplazaron a los arietes navales. Las elegantes galeras que corrían a lo largo de la costa mediterránea durante los cálidos meses del Mediterráneo dieron paso a naves lo bastante grandes como para transportar cañones pesados. La amenaza de la artillería enemiga obligó a la construcción de fortificaciones masivas alrededor de las ciudades, lo que dejó la defensa con una sólida ventaja. Los asedios duraban más que antes. Los ejércitos victoriosos, frustrados por los largos asedios, a veces masacraban a la población superviviente. Sin embargo, con el paso del tiempo y conforme la artillería fue ganando potencia y calibre, los muros y murallasd dejaron de ser efectivas. Por otra parte, las murallas constreñían a las ciudades. Con el aumento de población empezaron a construirse barrios extramuros y que por ello, dejaban de estar protegidos. Las murallas dejaron de ser cuidadas y fueron abandonadas. Con el paso del tiempo desaparecieron. Solo quedan algunos ciudades con murallas (Ávila) o con restos y puertas (Valencia tiene dos puertas de su antigua muralla, la de Cuarte y la de Serranos). También quedó una expresión, “quedarse a la luna de Valencia”, cuyo significado más probable es “llegar tarde y quedarse a dormir al raso porque las puertas de la ciudad ya están cerradas”. De este modo el invento de la pólvora hizo mucho por dejar atrás la Edad Media e inaugurar la Edad Moderna.
II.1.4 Aunque las fronteras de las guarniciones, las unidades de artillería y los guardas que protegían al rey eran los únicos ejércitos verdaderos, su tamaño aumentó durante las guerras de finales del XIV y principios del XV. Durante la Guerra de los Cien Años (1337 – 1453), en las principales batallas habían entre 7 y 15 mil soldados en cada parte. Durante las batallas los Habsburgos austríacos y la dinastía francesa de Valois en la península itálica en los siglos XV y XVI, ambos ejércitos alcanzaban el tamaño de 25.000 hombres. Algunos nobles aún tenían ejércitos propios pero estaban integrados en los ejércitos de su rey como comandantes.
II.1.5 Los mercenarios reemplazaron a los soldados de leva medievales. Recibían pagas irregulares y modestas, pero esperaban recibir raciones de comida aceptables y la oportunidad de saquear las ciudades que conquistaban. Con estas condiciones, parece que desertaban menos que los soldados reclutados entre la población civil. Los campesinos constituían más de tres cuartas partes de los ejércitos. Los criminales también eran reclutados en los ejércitos, siendo este el precio para escapar de su prisión o de la muerte, pero debían llevar una letra grabada en su ropa (en Francia llevaban la letra “V” por la palabra francesa voleur, que significa ladrón).
II.1.6 Las condiciones del servicio militar eran muy malas, al menos al principio. Además de la casi adecuada alimentación y alojamiento, las infracciones de las reglas eran tratadas con dureza, incluyendo el infame y con frecuencia fatal “correr el guante”, en la que el soldado castigado debía pasar a través de un pasillo con los soldados alineados a ambos lados, dispensando golpes con palos y espadas. Los oficiales dispensaban justicia sin juicio o apelación, y las sentencias eran ejecutadas inmediatamente. Las cabezas de los desertores y otros incumplidores de la disciplina militar eran empaladas a la entrada del campamento militar para enviar un claro mensaje.
II.1.7 Excepto los guardias reales, las unidades de artillería y otras fuerzas especializadas, los uniformes eran raros en todos los ejércitos, aunque la mayoría de los soldados llevaban algún tipo de identificación como un brazalete o una túnica con un símbolo nacional o regional, como la cruz roja inglesa, la cruz de Lorena y el león de Lyon.
II.1.8 Las epidemias y las enfermedades – disentería y tifoidea, entre otras – mataban muchos más soldados que las heridas causadas en las batallas. Pero los heridos a menudo morían por el tratamiento inadecuado que recibían.

jueves, 22 de febrero de 2018

1 - 14.- Desarrollando estructuras estatales

CAPÍTULO I

LA HERENCIA MEDIEVAL Y EL PASO A LA SOCIEDAD MODERNA



I.14.1 El aumento en el número de oficiales reales ayudó a los gobernantes a consolidar su poder efectivo. Los gobernantes siempre habían tenido algún tipo de consejo asesor, pero la importancia de sus consejeros creció en los siglos XIV y XV. Cancillerías, tesorerías y cortes de la ley representaban un primer paso de la burocratización. Sirviendo como oficiales reales, varios hombres talentosos de origen humilde empezaron a alcanzar posiciones de influencia dentro de algunos estados. Serían los primeros casos de meritocracia de la Baja Edad Media.
I.14.2 Los gobernantes todavía ganaban ingresos de sus propias propiedades. Pero los ingresos de su estado provenían de los impuestos, la venta de puestos oficiales (puestos al servicio del monarca que eran tan prestigiosos como lucrativos), bonos del gobierno y la confiscación de las tierras de los nobles recalcitrantes. Al igual que otros gobernantes, los papas también centralizaron la administración y las finanzas y vendieron puestos. Los gobernantes crearon impuestos sobre la sal, el vino y otros bienes, impuestos sobre los cuales los nobles estaban generalmente exentos. Los estados en el siglo XVI comenzaron a convertirse gradualmente en los grandes recolectores y distribuidores de ingresos. Más aún, el aumento gradual de la deuda pública fue otra señal del aumento de la autoridad de los monarcas. La dependencia real de los préstamos de los mercaderes-banqueros y cambistas enriqueció a los últimos, proporcionándoles más capital para sus proyectos. Los gobernantes, rodeados de consejeros y cortesanos, vivían en una gran época. Conforme conseguían aumentar y consolidar su autoridad, los tronos se fueron convirtiendo en autoritarios. Debido a que en aquella época los ricos y poderosos podían morir jóvenes, estos arreglos sucesorios, que variaron de una parte a otra de Europa, eran de considerable importancia.
I.14.3 Con el fortalecimiento de los estados en el siglo XV, lo cual implicaba la pérdida del derecho de los nobles a tener un ejército, estos empezaron a depender cada vez más de los monarcas para la sanción de su poder y honor. Muchos de ellos se trasladaron a vivir a la corte real y empezaron a servir como oficiales reales. La venta de los oficios reales, sobre todo en España y Francia, reforzó la lealtad al trono. Las cortes reales adjudicaban las propiedades en disputa, erosionando la jurisdicción de los nobles y favoreciendo la jurisdicción real, aunque en Francia y gran parte de las tierras alemanas los nobles retuvieron derechos de justicia sobre los campesinos.
I.14.4 En el siglo XV, aumentó y se consolidó la diplomacia. Las ciudades-estado italianas fueron las primeras en intercambiar embajadores permanentes. En la mitad del siglo, Florencia, Milán, Venecia y el Reino de Nápoles rutinariamente intercambiaban embajadores, que proporcionaban noticias y otras informaciones, mientras representaban los intereses de otros estados.
I.14.5 Sin embargo, los gobernantes aún tenían límites a su autoridad. Hemos visto que los privilegios de las ciudades, establecidos mediante la compra de cartas reales de inmunidad financiera, moderaron el poder real. Algunas regiones (como por ejemplo, Navarra en España), nominalmente incorporadas al reino, mantuvieron su autonomía a través de instituciones representativas. La distancia y los impedimentos físicos, como montañas y llanuras inmensas también impidieron la extensión efectiva de la autoridad real.
I.14.6 Incluso más importante era la tradición de que las asambleas de personajes notables tuvieran derechos, incluido el de ser consultados, como el caso de Inglaterra citado anteriormente. En el siglo XIII, los gobernantes convocaron asambleas de notables para explicarles sus políticas y pedirles ayuda. Debido a que dependían de aquellos a quienes reunían para pedirles asistencia militar cuando la necesitaban, también debían escuchar sus quejas. A partir de lo anterior, los parlamentos, asambleas, dietas y estados se desarrollaron, representando (según los lugares) a los nobles, clérigos, ciudades y, en varios casos, plebeyos.
I.14.7 Al principio del siglo XVI, un exiliado italiano le dijo al rey de Francia lo que necesitaba el monarca para atacar al ducado de Milán: “Tres cosas son necesarias: dinero, más dinero y aún más dinero”. Los tres estados más poderosos – Francia, la Austria de los Habsburgos y España – podían organizar ejércitos considerables con relativa facilidad. Pero para pagar los elevados gastos bélicos, se vieron forzados a admitir cada vez más dinero prestado de las familias más ricas. Los gobernantes, que también usaron subsidios de poderes amigos, impusieron impuestos especiales y préstamos forzosos y vendieron oficios. La inflación del siglo XVI hizo la guerra más costosa.
I.14.8 Las contribuciones reales para financiar la guerra mediante impuestos directos tan solo podían imponerse con el consentimiento de los gravados, excepto los campesinos, que tenían derechos limitados. El diálogo entre gobernantes y asambleas, y la fuerza y la debilidad de dichos cuerpos representativos, con el paso de los siglos definiría la aparición y la naturaleza de modernos gobiernos en los estados europeos.
I.14.9 Los príncipes de los estados alemanes pidieron a las asambleas de nobles el derecho a exigir impuestos. En Polonia-Lituania y en Hungría, las asambleas de nobles eran más importantes que la autoridad real. En Bohemia, los derechos de las ciudades equilibran parcialmente las prerrogativas de los nobles. Los gobernantes podían suspender las decisiones de aquellos cuerpos “soberanos”, aunque esas asambleas no podían ser completamente ignoradas porque los gobernantes necesitaban su apoyo, o al menos su conformidad, particularmente en los tiempos de guerra.
I.14.10 Las prerrogativas de los nobles y los altos eclesiásticos también dificultaron la autoridad real. Todos ellos se resistieron a pagar los impuestos reales, que recayeron sobre los pobres – la vasta mayoría de la población – a los que nadie representaba. Los nobles, aún después de su consentimiento, todavía tenían que ser convencidos o coaccionados para proporcionar ejércitos. Los reyes se convirtieron, al menos en principio, y con la instauración de la clase profesional de los jueces civiles, en jueces supremos (aunque no para los clérigos, que como eclesiásticos, eran generalmente juzgados en los tribunales de la Iglesia).
I.14.11 Las luchas entre los gobernantes y los papas empezaron al final del siglo XII, cuando los papas y los emperadores germánicos empezaron a pelear por la primacía. Durante la “querella de las investiduras”, que empezó en 1060, los papas disputaron el derecho de los gobernantes laicos a nombrar obispos e investirlos con signos de autoridad espiritual, normalmente un bastón y un anillo. La disputa terminó en 1122, cuando el emperador Enrique V renunció a la pretensión imperial de poder investir a los obispos con autoridad espiritual, y el papa reconoció el derecho del emperador a dar feudos a los obispos una vez que fueron consagrados. Los clérigos generalmente mostraban obediencia tanto al poder secular tanto como al eclesiástico. Más aún, los gobernantes al final de la Edad Media consolidaron su poder cuando los papas garantizaron a los gobernantes de Francia, España y Alemania (emperador), ciertos derechos sobre los clérigos, incluido el de nombrar obispos.
I.14.12 Resumiendo, el final de la Edad Media y el principio de la Edad Moderna marca el inicio de un reforzamiento del poder real, pero que aún está constreñido por varias circunstancias, como son:

  1. Las guerras se convierten en el medio para construir el poder estatal de los reyes. Las dificultades económicas para conseguir soldados, muchos de ellos mercenarios, obliga a aumentar los impuestos (al menos a intentarlo), pero sobre todo, a pedir dinero prestado a los prestamistas.
  2. La petición de aumento de los impuestos debe ser ratificada y aprobada por las asambleas en las que están representadas la burguesía (las ciudades), el clero y la nobleza. En dichas asambleas no están representados los campesinos, que son unas tres cuartas partes de la sociedad.
  3.  Una forma alternativa, a veces la única, de los monarcas de obtener dinero para financiar sus guerras es la venta de puestos en la administración, que daban poder real y efectivo a quienes lo detentaban. Se produjo un aumento de las cortes reales y de los puestos burocráticos. Inicio de la diplomacia, en ocasiones permanente.
  4. El poder real también está limitado por el de las ciudades. Los monarcas también obtienen dinero mediante la venta de cartas reales a las ciudades.
  5. Hay una fuerte lucha entre el Papado y la monarquía por el poder.

miércoles, 21 de febrero de 2018

I - 13.- La aparición de los estados soberanos

CAPÍTULO I

LA HERENCIA MEDIEVAL Y EL PASO A LA SOCIEDAD MODERNA



I.13.1 Aunque el término “estado” todavía no se usaba para denotar una entidad política, alrededor del 1500 los mayores reinos estaban adquiriendo algunas de las características que hoy atribuimos a un estado. Durante el siglo XV, Francia, España e Inglaterra evolucionaron a “nuevas monarquías”. Lo que era nuevo de ellos era que su crecimiento empezó en la baja Edad Media. Mientras las monarquías crecieron fuertes en la Europa occidental, se desarrollaron débiles en Europa oriental durante la Baja Edad Media. Las luchas por el poder, las guerras civiles y el creciente poder de los señores dificultaron la aparición de estados fuertes hasta al menos el siglo XVI, pero en Europa occidental ocurrió lo contrario.
I.13.2 Los estados soberanos aparecieron en Europa occidental durante el período medieval conforme los gobernantes consiguieron mayor poder y autoridad. Podemos estar seguros que esos estados no eran “naciones-estado” en el sentido moderno de la palabra, es decir, que sus habitantes se sienten como parte de él, como por ejemplo, españoles, franceses o italianos. Estos estados nacionales, definidos por los lazos étnicos y culturales y las tradiciones lingüísticas, se desarrollaron en la segunda mitad del siglo XVIII y, especialmente, en el siglo XIX. Los gobernantes medievales gobernaban una compleja mescolanza de territorios, ciudades semiindependientes, vasallas feudales e instituciones corporativas como los gremios, que eran en gran parte independientes del poder real, intercambiando privilegios personales y corporativos.
I.13.3 En los pueblos germánicos la aparición de las monarquías hereditarias acaba con la tradición secular de la monarquía electiva, donde el rey era un primus inter pares (primero entre iguales). El rey era elegido entre los jefes de familia y era, ante todo, un jefe militar cuyo cargo no era vitalicio. Esta última condición era debido a la primera: como el rey germánico era elegido, entre otras razones, por su arrojo y valentía, lideraba las guerras, y por este motivo debía ir al frente de sus guerreros. Cuando se hacía viejo, si no moría antes, debía ser apartado del cargo para nombrar a otro guerrero como su sustituto. Cuando acaba el Imperio Romano de Occidente y se va produciendo una lenta cristianización de los pueblos germánicos, el rey se va convirtiendo en una especie de enviado del Dios cristiano para su pueblo (por la gracia de Dios). Este argumento da pie a la aparición de las monarquías hereditarias. Esta conversión del primer tipo de monarquía en la segunda debía ser avalada por la Iglesia católica, como así sucedió.
I.13.4 Entre los siglos X y XI, los reinos de Francia, Inglaterra y España se convirtieron en estados soberanos y sus gobernantes consolidaron sus territorios estableciendo su primacía sobre sus oponentes. Estos gobernantes promulgaban leyes e impusieron una unidad administrativa hasta un grado sin precedentes. Impusieron su autoridad, pero no su dominio, sobre los nobles de los territorios que reclamaban. La autoridad real afectaba directamente a más vidas que nunca antes. Los monarcas podían montar y mandar ejércitos, imprimir dinero, imponer impuestos, convocar consejeros y nombrar oficiales para representarles y hacer cumplir su voluntad.
I.13.5 Los reyes franceses, cuyos territorios solo apenas abarcaban unos pocos cientos de millas alrededor de París, tenían poco poder durante la Edad Media. Hasta la mitad del siglo XV, los reyes de Inglaterra poseían Normandía, Bretaña, Maine, Anjou y Aquitania, y los Condes de Flandes tierras muy fértiles en lo que hoy es el norte de Francia y el sur de Bélgica. Durante la Guerra de los Cien Años (1337 – 1453), los reyes franceses consiguieron los fondos y soldados suficientes como para expulsar a los ingleses de Francia (con la excepción de Calais, un puerto en el Canal de la Mancha). Durante la segunda mitad del siglo XV, los reyes franceses terminaron de facto con la independencia de lo que eran técnicamente los dominios de sus vasallos nobles. En 1482, Francia absorbió Borgoña, cuyos poderosos duques eran familiares de los reyes, y una década más tarde, el regente de Carlos VIII (que gobernó desde 1483 hasta 1498) invadió Bretaña añadiéndola a la Corona. A través de los matrimonios y la guerra, los monarcas franceses establecieron los cimientos de una monarquía más poderosa y centralizada.
I.13.6 También Inglaterra surgió en la escena europea como un estado más fuerte durante la Baja Edad Media, pero con importantes diferencias con sus contrapartes europeas. Los vasallos del Rey Juan (gobernó de 1199 al 1216) y el pueblo de Londres se rebeló contra el aumento de la presión fiscal que impuso para financiar su intento de recuperar los territorios continentales perdidos frente a Francia. En 1215 el Rey fue obligado a firmar la Carta Magna, la “Gran Carta de las Libertades”. Juan se mostró de acuerdo con imponer mayores impuestos solo con el permiso de un “gran consejo” que representaba a los barones y de no contratar mercenarios cuando ellos se negaran a luchar con su rey. Más tarde el Rey Eduardo I (gobernó desde 1272 – 1307) convocó a los barones, obispos y representantes de las principales ciudades del país con la esperanza de obtener su aprobación para recaudar fondos para iniciar otra guerra contra el rey de Francia. De este “parlamento” viene la tradición en Inglaterra de consultar con los principales líderes políticos y el origen del gobierno constitucional inglés que limita la autoridad real. La división del Parlamento en dos casas, la de los Lores y la de los Comunes, es decir, la de la aristocracia inglesa la primera, y la de los representantes de las ciudades la segunda, se produjo durante el reinado de Eduardo III (gobernó 1327 – 1377). El papel del Parlamento como una institución representativa aumentaba cuando el rey quería imponer nuevos impuestos o aumentar los ya existentes para declarar la guerra a una nación, como ocurrió contra Francia en la Guerra de los Cien Años. En este caso el Parlamento inglés dio su visto bueno.
13.7 En la Europa Central, el Sacro Imperio Romano Germánico no era realmente un estado soberano. Duró desde el año 962, año en que los nobles alemanes eligieron a un gobernante. Hacia el final del siglo XIII se estableció el principio de que el emperador debía ser elegido y no designado por herencia. Considerándose ellos mismos como sucesores del Imperio Romano, los emperadores también se vieron en la obligación de proteger al Papado y toda la Cristiandad. Esto involucró a los emperadores en el avispero de la política italiana.
13.8 El Imperio comprendía alrededor de 300 estados semiautónomos, que iban desde grandes territorios a una multitud de estados más pequeños y ciudades libres que hacían su propia política exterior y entablaban guerras. El emperador, elegido por siete príncipes, no podía consolidar su autoridad, aumentar o imponer nuevos impuestos, crear ejércitos o hacer cumplir su autoridad fuera de sus propias propiedades hereditarias.
13.9 La familia austriaca de los Habsburgos, cuyo origen está en la Alemania alpina, hoy Suiza germánica, la casa gobernante, extendió sus territorios en los siglos XIV y XV entre el río Danubio, el Mar Adriático y los montes Cárpatos. Entre 1438, año en que el primer Habsburgo (Alberto II de Habsburgo) fue coronado emperador romano, hasta 1740 (cuando la línea masculina se extinguió), solo los Habsburgos ostentaron la corona de emperador del Imperio. Los estados más pequeños, como los trece cantones suizos, pelearon por mantener su autonomía contra el poder creciente de esta familia.

II - 3b Situación interna de Portugal antes descubrimientos

CAPÍTULO II LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS GEOGRÁFICOS II.3b.1  La historia de los descubrimientos portugueses comenzó bien tierr...